Tiempo ha pasado
desde que empecé este blog. Luego yo mismo lo acorralé y prendí fuego. No salió un fénix de las
cenizas: salió un zope. Casi nunca escribo en este blog, pero pretendo darle alguna
atención en los próximos días, aunque sea solo por no renunciar
completamente al oficio de escribir. Dan como ganitas, a veces. Terminaré donde
empecé: escribiendo diarios. Contemplando los maizales podridos, y escribiendo
diarios.
Qué pobre terrateniente de mi oficio he resultado ser.