Ayer presentación del último número de la revista
RARA, en el edificio OEG. Una reunión detallada, circunstanciada, pero tampoco
pretenciosa, por tanto alegre (más con Calimosho tocando, y chocobananos, y chelitas, para el personal).
Andrés Asturias, director de la revista, es él mismo así: un fotógrafo
brillante y entrepreneur muy fino, pero ello en ningún momento le convierte en
un mamón presumido del mundillo del arte. Por el contrario, lo que emana es
modestia y un sentido de cortesía continuo. En general es lindo trabajar con la
gente de RARA: uno se siente respetado y –todavía más extraño– respetable.
“Por amor al arte” podría ser el descriptor de la
revista, si no fuera tan manido y cutre para una revista como RARA.
Lo importante aquí es reconocer cómo se fajan: Andrés, la muy lúcida Luisa
González–Reiche, y el resto del team de RARA. Y lo hacen con una delicadeza infinita.
Ojalá sigan hallando las energías y recursos para
seguir con este proyecto. En Guatemala no existe ni existirá acaso nunca algo así
como una derecha ilustrada, pero hay ciertas figuras mutantes en el
empresariado local que valoran un proyecto como RARA, y de buena ganan pautan
allí. Hacen bien.