Mauriceando.

viernes, 27 de enero de 2012

Año del dragón

No estoy exento de ir a empotrarme cinéticamente contra un poste, queda en las probabilidades que una de estas mañanas me descubra un bulto alegre y sutilísimo en el escroto, o a lo mejor alguien decida meterme un par de tiros –poc poc– al momento de huevearme el celular. La vida es alacrana, tiene un argot a veces violento. Pero en esta tarde pre–verano todo esto tan paniqueante no me da pánico. Últimamente todo lo estoy viendo transparente. Digamos que no tengo ningún problema con el 2012, no me molesta para nada que esté regido por el signo del dragón –mi signo– y no me irrita particularmente que en unos meses cumpla diez años de no levantarme de goma (la vida es demasiado corta para estar de goma, dice Lama Ole). Quién quita y hasta me termine iluminando.