Hay tres insomnios, tres crisantemos de locura en la
noche: al nomás acostarse uno; luego en la mitad del dormir; y el
tercero temprano, en la madrugada preocupada. Hoy me levanté como a eso de las cuatro
y media de la mañana, y ya no pude avanzar en mi descanso. ¿No está vivo, en su
angustia, quien no duerme? Viaje a la consciencia atribulada: grito mental. El
cerebro: red con pescados sin agua.