Me ha llamado L…, un cliente de MEMO, para que nos juntemos para un nuevo taller de literatura. Ya en el pasado le di un curso sobre columnismo, y le siguió a ése otro más de redacción. L… es gerente de marketing en una empresa local no exactamente minúscula. Es inclusive esperanzador, en el sentido de que si todos los gerentes de marketing poseyeran el mismo interés suyo por la literatura, las cosas serían muy distintas en esta ciudad. Pero en fin, tampoco soy ingenuo, está claro que se trata de un caso aislado, he conocido a demasiados empresarios cainitas como para suponer otra cosa. He de decir que no supe orientar la clase de hoy como lo hubiera querido. Supongo que no siempre se triunfa en la vida. Pero hablando con L… resolvimos que vamos orientar el taller en la dirección de cómo hacer un cuento. Lo equivalente a realizar un taller sobre cómo manufacturar un explosivo con C4. ¡Un cuento bien escrito te puede volar la tapa de los sesos! Considero que alguna cosa debería poder enseñarle al respecto. Pero más que mostrarle lo que yo conozco, me gustaría compilar lo que los grandes maestros del género han dicho al respecto. Será divertido.
